El ingrediente fundamental para crear un matrimonio feliz y duradero

Yo he sido la primera siempre en pensar que mientras hubiera momentos de romanticismo al puro estilo Hollywood, una relación no perdería la chispa. El cine de amor siempre nos ha mostrado que coger el avión privado para llevar a tu chica a París a pasar una velada romántica en un bistrot chic a la luz de las velas es lo más en términos de amor. Y si además lleva un collar de diamantes recién regalado, mejor que mejor. Tópicos, lo sé, pero sin quererlo van entrando.

Si es lo que hace la persona que tiene más posibilidades a su alcance, es que será lo mejor. Y nosotros tratamos de imitar ese ejemplo dentro de nuestras posibilidades: regalos, cenas en bonitos restaurantes, escapadas a bonitos lugares donde podamos ver el atardecer desde una playa paradisíaca, o desde una bonita terraza. ¿Quién no desea una pareja así, que nos cuide con esos estupendos detalles?

Eso nos parece maravilloso, pero os podría nombrar otras muchas películas, también de Hollywood, donde las mujeres ricas colmadas de maravillosos detalles por parte de sus parejas son tremendamente infelices. Como Rose en Titanic, por ejemplo, que deja a su rico novio después de que le regalara un enorme pedrusco azul, para irse con un chico que no tiene dónde caerse muerto. Él no le puede dar joyas, viajes lujosos o vestidos elegantes, únicamente amor y su propia vida por salvar la de ella. Y aquí es cuando muchos hombres nos dirían eso de “es que no sabéis ni lo que queréis”.

Pues sí que lo sabemos. Aunque sea de forma intuitiva y no sepamos pedirlo. En el fondo todos conocemos el secreto del éxito: La constancia.

Y si hablamos de relaciones de pareja, esto se traduce en cuidar la relación de forma constante, es decir, todos los días. Como dice la frase, lo puede decir más alto, pero no más claro.

Lo realmente importante en una relación es que nos centremos en el día a día. En lo que hacemos cuando nos levantamos, cuando volvemos cansados o de mal humor del trabajo, cuando los niños nos exigen la máxima atención posible. Lo que suma en nuestro contador de la felicidad marital es lo que ocurre de forma continuada. Porque si haces abdominales el día del cumpleaños de tu pareja, en Navidad, en vuestro aniversario y el día que has cobrado la paga extra, ¿crees que tendrás unos abdominales tipo tableta de chocolate? Pues eso, que si quieres ser feliz durante muchos años con tu pareja, ya sabes lo que tienes que hacer.

 

Por si te sirve de inspiración, te dejo aquí unos ejemplos:

  • Si tu pareja está cansada o no se encuentra muy bien, hazte cargo de los niños, la cena y lo que toque ese día.
  • Tráele del súper esos yogures, esas galletas o ese chocolate que tanto le gustan.
  • Siéntate a su lado en el sofá para ver ese programa de televisión que tanto le gusta, aunque el libro te esté llamando desde la cama, o el ordenador desde el despacho.
  • Dale un pequeño masaje en los hombros si viene tenso/a y pregúntale cómo le ha ido esa reunión tan importante que tenía hoy, o equivalente.
  • Cuando llegue a casa, deja lo que estés haciendo y ve a la puerta a saludarle. Si además le preguntas qué tal le ha ido el día y das importancia a lo que te cuenta, mejor que mejor.
  • Si su grupo favorito viene a tocar a vuestra ciudad o cerca, compra entradas. Será una cita estupenda.
  • Dale abrazos, besos, la mano al pasear y regálale sonrisas.

Si además tienes la suerte de ser o de que tu pareja sea estremecedoramente romántica, eres muy afortunado/a. Pero lo dicho, si quieres tener una relación feliz y duradera: pequeñas cosas de forma continuada.